1 Reyes 18:3, 4

03.08.2015 22:27

(1 Reyes 18:3,4). Abdías adoraba a Jehová con cautela y discreción, pero sin transigir, su temor de Dios era excepcional. Y este sano temor le infundió una extraordinaria valentía, como quedó probado tan pronto Jezabel mató a los profetas de Jehová. Como podemos imaginar, la tarea de alimentar en secreto a un centenar de hombres era muy peligrosa. Abdías no solo tenía que evitar ser visto por Acab y Jezabel, sino también por los 850 falsos profetas que frecuentaban el palacio. Además, en el país había muchos seguidores de la religión falsa, desde campesinos hasta príncipes, que estarían muy dispuestos a denunciarlo para ganarse el favor del rey y la reina. Pero Abdías fue valiente y, en las propias narices por decirlo asi de aquellos idólatras, atendió a las necesidades de los profetas de Jehová. ¡Qué fuerza tan grande tiene el temor de Jehová! Abdías, ocultó valerosamente a cien profetas de Jehová “por cincuentenas en una cueva” para impedir que la malvada reina Jezabel los asesinara. Al igual que este hombre temeroso de Dios, muchos siervos leales de Jehová de nuestros días han protegido con valor a sus hermanos negándose a revelar información a sus perseguidores.

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